martes, 18 de septiembre de 2012

La España liberal pierde a su principal referente

  • LUIS ÁNGEL SANZ JOSÉ ANDRÉS GÓMEZ MADRID
  • 18/09/2012 PORTADA/El Mundo


  • Esperanza Aguirre abandona por sorpresa «por razones personales»
     
    En mi opinión, Esperanza Aguirre se va por disconformidad con la política que está haciendo el PP pero, si hay oportunidad, volverá por la puerta grande. Una de las dirigentes políticas más destacadas de España, Esperanza Aguirre, que nunca ha dejado indiferente a nadie, anunció ayer por sorpresa que deja la primera línea política de forma definitiva, «sin vuelta atrás», y «por razones personales». Emocionada, Aguirre aseguró que el proyecto que lideró en 2003 -cuando fue elegida por primera vez presidenta de la Comunidad de Madrid-, se consolidó en 2007 y el año pasado, en sus últimas autonómicas, «se demostró que el PP sigue siendo el partido favorito de los madrileños».

    En su difícil decisión -«dura, durísima»- ha pesado un cúmulo de circunstancias políticas y personales. Antes de hacer pública su marcha, Aguirre se lo comunicó en primer lugar y en persona al presidente delGobierno, Mariano Rajoy. Posteriormente telefoneó al Rey.
    Tras su entrevista con Rajoy, que tuvo lugar en el Palacio de La Moncloa, la presidenta de Madrid convocó por sorpresa una rueda de prensa con sólo media hora de antelación.

    La premura causó cierta expectación. Los periodistas esperaban un anuncio sobre el emplazamiento definitivo de Eurovegas o incluso una remodelación del Gobierno regional. Pero sus primeras palabras provocaron la conmoción de los informadores: «Quiero anunciarles mi decisión de dimitir de mis cargos de diputada en la Asamblea y de presidenta de la Comunidad de Madrid».

    En mi opinión, Esperanza Aguirre se va por disconformidad con la política que está haciendo el PP pero, si hay oportunidad, volverá por la puerta grandeDe esta manera anunció su marcha la persona que es, desde hace años, un referente de la España liberal, su adjetivo político preferido. Con la Unión Liberal obtuvo su primer cargo público como concejala en Madrid, en 1983. Y, sin pretenderlo, lideraba hoy el ala liberal del PP.

    Aguirre ha sido la primera mujer primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, la primera ministra de Educación, primera presidenta del Senado y primera presidenta autonómica elegida en las urnas. Nunca creyó en las cuotas, pero alcanzó muchas de las metas que estuvieron vetadas a las mujeres.

    En su comparecencia, Aguirre sólo alegó «razones personales» para marcharse. Pero fuentes del PP de Madrid apuntan que también han pesado sus discrepancias con algunas de las últimas decisiones del Gobierno de Mariano Rajoy, como subir el IVA y otros impuestos, o la excarcelación del etarra Uribetxeberria Bolinaga. En el último Comité Ejecutivo Nacional del 3 de septiembre, la ya ex presidenta expuso ante la dirección del partido su oposición a la política antiterrorista del PP.

    Además de sus diferencias en política fiscal y antiterrorista, Aguirre ha lamentado la renuncia del Gobierno a reestructurar a la baja el modelo autonómico cuando se ha planteado reformar el Estado para afrontar la crisis.En junio de 2008, renunció a disputar el liderazgo del partido a Rajoy, a pesar de que muchos críticos esperaban que lo hiciera. Desde entonces y desde antes, siempre fue un referente para gran parte del PP y de sus votantes en toda España, no sólo en Madrid.

    Además, a pesar de ser presidenta de una comunidad, sus decisiones políticas y sus opiniones y propuestas han traspasado muchísimas veces la línea regional para convertirse en noticas de ámbito nacional.

    En la Comunidad de Madrid, y desde 2003, Aguirre ha llevado a cabo la mayor ampliación del Metro de la historia, ha puesto en marcha 12 nuevos hospitales y la educación pública bilingüe en castellano e inglés -el logro del que se siente más satisfecha, dijo ayer-. Se ha hecho en este tiempo con el control total del PP regional -a pesar y en contra de su eterno adversario y compañero Alberto Ruiz-Gallardón- y con el cariño de sus bases.

    En mayo de 2011, sus resultados electorales fueron arrolladores: el PP gobierna en 141 de los 179 municipios madrileños y ganó en 20 de los 21 distritos de la capital.

    Ayer mismo, el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, expresó en un comunicado su «reconocimiento» a Esperanza Aguirre por su trayectoria. Rajoy destacó que su «extraordinaria labor» quedará «para siempre entre los grandes activos del PP» y celebró que la ex presidenta vaya a seguir «colaborando con el partido».

    La marcha de Aguirre estaba planeada desde hace meses, como confirmaron algunos de sus más próximos. Por eso, era sospechada por varias de las personas que trabajan día a día con ella, pero casi ninguna conocía el momento elegido. El cáncer al que se enfrentó el año pasado también ha influido en su decisión, como reconoció ayer.

    «Llevo mucho pensando en esto», dijo; «dudé muchísimo si me tenía que presentar [a las elecciones de mayo de 2011]; decidí que sí». Sin embargo, ayer anunció que ya ha llegado el momento de irse.

    «Lo que en un principio creí que iba a ser un corto paréntesis en mi vida de funcionaria se ha convertido casi en una vida dedicada a la política, y he llegado a la conclusión de que éste es el momento adecuado para dejarlo», señaló Aguirre. La líder de los populares madrileños rememoró con emoción contenida «29 años dedicados a la política de manera profesional».

    «Para un político», añadió con gesto serio y sin rodeos, «es absolutamente esencial elegir el momento de su retirada». Y la enfermedad «seria y grave» que padeció el año pasado -de la que «presuntamente», dijo, se encuentra curada- han pesado, «sin duda», en su decisión.
    «Quiero vivir más cerca de los míos,de mi marido, de mi madre, de mis siete hermanos, y dedicarme no sé muy bien a qué», aseguró. Como explicó ayer, a sus 60 años va a pedir su reingreso en el Ministerio «como funcionaria del Estado» que es.
    Aguirre tuvo palabras de «sincero y profundo» agradecimiento para el PP, para sus adversarios, cuyas «críticas, pullas y, en muchos casos, amistad» la han «estimulado» para realizar su labor. Muy emocionada durante toda su comparecencia, no pudo evitar finalmente que las lágrimas humedecieran sus ojos.

    La llamada lideresa seguirá al frente del PP de Madrid hasta la celebración de un próximo congreso extraordinario. Entonces, se retirará definitivamente de la política porque no cree, dijo, en «las bicefalias».

    Como sucesor en el Gobierno regional, Aguirre deja al hasta ahora vicepresidente, Ignacio González, que tendrá que ser ratificado en un debate de investidura que se celebrará probablemente a primeros de octubre, si su propio partido no elige a un candidato alternativo.
    Fuentes del PP confirmaron ayer que la presidenta pidió a Rajoy que González sea el próximo presidente de la Comunidad de Madrid, al menos hasta que el PP designe a un candidato para las elecciones autonómicas de 2015.
    REACCIONES EN EL PP

    La «intensidad» de Gallardón


    El sempiterno enemigo latente de Esperanza Aguirre en el Partido Popular, Alberto Ruiz-Gallardón, reconoció ayer que ha tenido «muchísima intensidad con ella, muchas veces por coincidencias, otras por discrepancias, pero participando en el mismo proyecto político». El ex presidente del Gobierno José María Aznar conversó ayer con Aguirre, para trasladarle su «apoyo», «respeto» y «comprensión» por su decisión, según informa Europa Press. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, dijo de Esperanza Aguirre que «es y seguirá siendo un referente del PP en toda España». En una declaración institucional en el Palacio de Fuensalida, Cospedal recordó que la presidenta de Madrid es una mujer que ha dedicado muchos años de su vida al servicio público «con una gran vocación». «Es una política de primer orden y con una entrega también en lo personal muy importante», concluyó
  • CASIMIRO GARCÍA-ABADILLO
  • 18/09/2012 ESPAÑA

  • El PP pierde su perfil más liberal

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    La dimisión de Esperanza Aguirre como presidenta de la Comunidad de Madrid y como líder de la región donde el PP tiene mayor peso supone un mazazo para el ala liberal de la derecha española.

    Sin Aguirre, no sólo el PP ya no será igual. La política en España será bastante más aburrida.

    Probablemente al presidente del Gobierno, con quien se reunió en Moncloa para comunicarle su decisión ayer a mediodía, unos minutos antes de hacer pública la noticia, su apartamiento de la primera línea no le produzca gran desasosiego. Aguirre ha sido durante los últimos años la china en el zapato de Rajoy. No hay más que recordar el último enfrentamiento entre ambos en relación al caso Bolinaga.

    Es verdad que el presidente aprendió a convivir con ella, y que le reconoce virtudes como la valentía o la coherencia. Pero una cosa es la convivencia pacífica y otra la confianza plena.

    Para el PP, desde luego, es una mala noticia. Aguirre era casi la garantía del triunfo en Madrid por mayoría absoluta. La presidenta conectaba mejor que nadie con el electorado popular. Su marcha abre posibilidades a la oposición y, desde luego, a UPyD, que ya restó votos a los populares en las últimas elecciones.

    Ahora bien, ¿por qué se ha ido? A Rajoy le explicó que está cansada; que su enfermedad le ha hecho reflexionar sobre muchas cosas; que en fechas recientes han fallecido de cáncer dos amigas suyas, y que, en fin, a sus 60 años cree llegada la hora de dedicarse a ella y a los suyos.

    Eso seguramente es cierto. Y también es probable que sea el elemento de mayor peso en su decisión. Pero no el único. Aguirre se ha cansado de ser la voz discordante, el Pepito Grillo del PP. Además, ahora la gestión de la Comunidad no deja margen para otra cosa que los recortes, de los que, por otra parte, ella ha sido abanderada.

    Como ha reconocido, estuvo a punto de no presentarse a las últimas elecciones autonómicas (mayo de 2011). Por tanto, su decisión de abandonar venía de hace mucho tiempo, aunque el paso decisivo lo dio este verano.

    La noticia, guardada como un tesoro, sólo era conocida por su círculo más íntimo. Y, sin duda, una de las claves de lo ocurrido está en su sucesión.

    Dicen en fuentes cercanas al vicepresidente de la Comunidad, Ignacio González, que ahora asumirá sus funciones, que Aguirre no cruzó el Rubicón hasta que Rajoy le dio garantías de que aceptaba que su número dos asumiría la Presidencia. Desde luego, ese fue uno de los asuntos que trataron ayer a solas Rajoy y Aguirre.

    Recapitulemos. Si el presidente del Gobierno no ha tenido digamos que una relación fluida con la presidenta de la Comunidad de Madrid, con el que se ha llevado fatal ha sido con González.

    Un ejemplo. Aguirre quiso que González (a quien ella llama cariñosamente Nacho o Nachete) fuera presidente de Caja Madrid. Rajoy, entonces todavía en la oposición, se opuso frontalmente. Fue por esa razón por la que le ofreció la candidatura a Rodrigo Rato. Ahora estará arrepintiéndose de haberla aceptado.

    Es verdad que en el último congreso del PP Rajoy le perdonó la vida a González, pero eso no quiere decir que le parezca el mejor presidente posible para la Comunidad de Madrid.

    ¿Qué hará el PP en la Asamblea de Madrid cuando haya que votar al nuevo presidente? Uno de los miembros de la Asamblea responde sin ambages: «Lo que diga la dirección nacional». Es decir, que si María Dolores de Cospedal dice que hay que apoyar a González, todos se pondrán firmes. Pero si dice que hay que apoyar a Lucía Figar, pongamos por caso, harán lo mismo.

    Aguirre tiene un profundo sentido de la fidelidad, y tal vez por ello creía que su mandato tenía que cerrarse dejando en su puesto al hombre que la ha acompañado lealmente como su segundo durante tantos años.

    En los próximos días sabremos si Génova da por buena o no la intención de Aguirre de dejarlo todo atado y bien atado. En todo caso, al PP de Madrid se le abre ahora un vacío difícil de llenar y una situación política y económica tremendamente complicada.

    Pero esas son las cosas de la pequeña política. Lo realmente importante es que la derecha española ya no va a tener entre sus líderes a alguien que decía cosas como que hay que bajar los impuestos, o que hay que ser inflexible con los terroristas o que defendiera con orgullo el legado de Margaret Thatcher, con la que algunos la han comparado para adularla o para machacarla.
    Aguirre nunca ocultó sus ideas, ha sido amiga de sus amigos y leal hasta con sus enemigos. Eso no es habitual en los tiempos que corren.

    1 comentario:

    1. Mucho se habla de Esperanza, que si tal y tal, pero saben en el pp que se han quitado de enmedio a una mosca cojonera. No se si le quedará alguien aún por echar del partido que les incomode, pero con esta salida de Esperanza, se les a acabado la esperanza a este pp sin democracia interna que es lo que es este partido.
      Le deseo a Esperanza todo lo mejor, y mucha salud.

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