martes, 29 de noviembre de 2011

España teme que el nuevo Gobierno integrista de Marruecos promueva una ‘marcha verde’ sobre las ciudades de Ceuta y Melilla


Alerta Digital

En fuentes diplomáticas y de los servicios de información españoles se sigue con interés y preocupación la victoria de los islamistas del Partido para la Justicia y el Desarrollo (PJD) en el vecino Reino de Marruecos. Se teme que la llegada al Gobierno marroquí de los islamistas acentúe la presión que algunos grupos radicales llevan ejerciendo desde hace meses contra las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

“Con la llegada de los islamistas al poder cambia la percepción del problema a ojos marroquíes. Melilla y Ceuta ya no serán contempladas como simples vestigios coloniales, como las definían los nacionalistas del Istiqlal, sino como territorios sagrados del islam en manos de infieles”, señaló a nuestra redacción un antiguo miembro del Consulado español en Nador, a escasos 15 kilómetros de Melilla.

El desafío marroquí contra la soberanía española de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla cuenta ahora con un nutriente ideológico que podría elevar la escalada de tensión en los próximos meses. A finales del pasado año, el Comité de Coordinación para la Liberación de Melilla, integrado por varios destacados miembros del partido que acaba de ganar las elecciones en Marruecos, convocó a la ciudadanía marroquí para participar el 11 de diciembre en una ‘marcha verde’ que partiría desde la localidad de Beni Enzar en dirección a la ciudad autónoma.

Según informó la organización en un comunicado, la manifestación estaba destinada a protestar contra la persistencia de las “camarillas colonialistas españolas en su política hostil y ofensiva hacia los supremos intereses” de Marruecos. Pero iban más allá en sus reivindicaciones. El Comité de Coordinación para la Liberación de Melilla condenó el “ensañamiento” del Partido Popular español contra el pueblo marroquí.

Además de la marcha, anunciaron una serie de medidas de boicot hacía España y varias exigencias al Gobierno marroquí, como la de pedir visado a los españoles que accedan a su territorio, que desista de su papel de “gendarme” para controlar la inmigración de subsaharianos, así como que se haga un “boicot” económico a Melilla o se corte el suministro de algunas fuentes que proporcionan agua a la ciudad española.

Esta convocatoria llegó poco después de que el Gobierno marroquí anunciara la necesidad de replantearse “el conjunto” de sus relaciones con España y de que la Cámara baja marroquí instara a “concluir la recuperación de las ciudades de Ceuta y Melilla y de las islas Chafarinas ocupadas”. Tras intensas presiones e incluso algunas cesiones económicas, los convocantes de la marcha decidieron aplazarla a última hora. Doce meses después, el partido que alimentó la escalada beligerante sobre España pasará a a disponer de un vasto control institucional del que carecía hace un año.

“La llegada de los islamistas al poder es una mala noticia y será sin duda fuente de de tensión entre España y Marruecos. No descartamos que la tantas veces anunciada ‘marcha verde’ termine llevándose a cabo”, advierte Juan Díez de la Cortina, ex dirigente de la influyente Asociación Pro-Melilla (APROME), firme defensora de los intereses de los españoles melillenses de confesión cristiana.

El Sáhara como referente

En las ciudades españolas de Melilla y Ceuta viven actualmente 80.000 personas de origen marroquí que cuentan con la nacionalidad española. Los dirigentes del PJD hacen continuas referencias a la “Marcha Verde” en la que Hassan II, padre de Mohamed VI, envió en 1975 a 350.000 civiles marroquíes para que penetraran en el Sahara Occidental, entonces bajo control español, con el objetivo de recuperar ese territorio.

También en el PP se teme que los integristas terminen dando sustento religioso a las tradicionales reclamaciones anexionistas de la monarquía alauí sobre unos territorios que nunca han pertenecido a Marruecos. El PJD apeló recientemente a “las fuerzas políticas marroquíes y a todos los sectores de la sociedad a que se movilice para la defensa de la soberanía marroquí con todos los medios disponibles” y solicitó incluso apoyo a la comunidad internacional contra “las intenciones coloniales españolas”.

Poco después de la recuperación por parte de las fuerzas armadas españolas de la isla de Perejil, el jefe del PJD pidió al Gobierno marroquí que rompiese todas las relaciones tanto políticas como económicas con España. La cuestión es que los islamistas ya no son hoy una voz aislada en medio del magma político marroquí, sino un partido hegemónico con capacidad decisoria sobre los grandes asuntos en los que están en juego intereses españoles. ¿Mantendrá Mariano Rajoy la misma actitud de firmeza contra Marruecos que la que mantuvo el anterior presidente del PP, José María Aznar? Habrá que esperar acontecimientos.

1 comentario:

  1. Pues nada, ya tiene tajo mariano. El pp tiene el 33 por ciento de votos marroquíes, asi que, se tiene que definir o España o marruecos. Espero que como gallego templado, no le tiemble el pulso a la hora de decidir, puesto que ceuta y melilla, nunca han sido de marruecos, por tanto, si más si.
    ¡Arriba España! ceuta y melilla españolas.

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