domingo, 28 de noviembre de 2010

El G-37 pide un ajuste más duro para evitar el rescate


CARLOS SEGOVIA / Madrid

El Mundo.

Del Pino (Ferrovial) afirmó que el Estado del Bienestar no es sostenible y hay que tomar decisiones
Del Rivero (Sacyr) demandó revisar el Estado autonómico y reducir el número de ayuntamientos
Escarrer (Sol Meliá) criticó el despilfarro en coches oficiales y en las televisiones autonómicas
González (BBVA) le pidió a Zapatero que adopte medidas impopulares aunque sea sin consenso
Botín (Santander) sostuvo que hay que decir a los mercados que se tomarán medidas si hace falta

Zapatero embustero

La alta clase empresarial y financiera de España formó ayer un grupo que, a partir de ahora, va a controlar informalmente la acción del Gobierno. El presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer que los va a convocar de nuevo como una fórmula más para conseguir credibilidad ante los mercados.

Se le puede denominar G-37, puesto que está formado por los 37 principales empresarios y banqueros del país que asistieron ayer a la improvisada reunión del Palacio de La Moncloa, aunque en el próximo encuentro, dentro de tres meses, el número quizá sea más amplio.

El G-37 no se limitó a posar en la reunión en La Moncloa y reclamó de forma generalizada un ajuste más rápido y duro en la economía española para salvarla del rescate de la Unión Europea, que varios asistentes consideraron una posibilidad real que no hay que descartar.

Acelerar la reducción del déficit y la reforma del sistema de pensiones fueron algunas de las demandas más escuchadas por el presidente. Pero también resurgió la necesidad de ampliar la reforma laboral, emprender un ajuste en la Administración central y, sobre todo, en la autonómica y local, al tiempo que se revisa el Estado del Bienestar en general.Sigue en página 4

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«Estamos en una situación peligrosa y muy preocupante», afirmó el presidente del BBVA, Francisco González, que acudió finalmente a la cita monclovita tras amagar con no hacerlo. Según distintos asistentes consultados por este diario, González expresó con la mayor claridad el sentir general de que los mercados han entrado en una fase con España que requiere medidas aceleradas y de mayor calado que el recorte de 15.000 millones de euros en las cuentas públicas anunciado por el Gobierno en mayo y la reforma laboral que provocó la huelga general.

Zapatero embustero

El presidente del BBVA incidió en que el coste que supondría para la economía nacional ser rescatada por la UE y el Fondo Monetario Internacional es mayor que cualquier medida que se tome ahora, por dura e impopular que sea. Un rescate colocaría a España bajo tutela, la forzaría a un tijeretazo impredecible de todos los gastos del Estado y encarecería hasta el infinito el crédito.

El presidente se comprometió a acelerar las medidas ya anunciadas, pero, como toda precisión, afirmó que instará a la Comisión del Pacto de Toledo a que presente ya el informe para reformar las pensiones, de modo que pueda presentar una ley el 1 de febrero como máximo. Es decir, dos meses antes de lo que él mismo anunció en el Parlamento hace apenas 10 días. «Son más importantes las decisiones que las imágenes. Son clave», afirmó en la rueda de prensa posterior, tras calificar de «muy útil» la reunión.

Urge su reacción. El presidente de Telefónica, César Alierta, lamentó que su empresa haya caído casi un 7% en Bolsa en apenas una semana por razones ajenas a su funcionamiento. Es decir, por ser percibida como española por los inversores. Y el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, se mostró partidario de aplicar con más celeridad y rotundidad las reformas anunciadas y, si se considera que hay que tomar decisiones adicionales, que se anuncie cuanto antes a los mercados.

Zapatero resaltó que es más prudente no ofrecer toda la artillería de medidas a los mercados, porque exigirían pronto más. El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, sostuvo, por el contrario, que es mejor reaccionar a tope de entrada que perder la iniciativa. González instó a Zapatero a asumir su responsabilidad y aprovechar su mayoría parlamentaria para legislar cuanto antes y decidir con o sin consenso, porque, en su opinión, no hay tiempo ahora para largas negociaciones.

La gravedad de la situación requiere, según varios asistentes, una transformación más radical del país. El presidente de la internacionalizada Ferrovial, Rafael del Pino, apuntó que el llamado Estado del Bienestar es insostenible e instó a «tomar decisiones». El presidente de Sacyr, Luis del Rivero, consideró disparatado que en España haya 8.000 ayuntamientos y pidió una racionalización y ajuste tanto de la administración local como de la autonómica. El vicepresidente de Sol Meliá, Sebastián Escarrer, incidió en la ruptura de la unidad de mercado en el país por la proliferación de normas autonómicas y el despilfarro. Aseguró que la gente no entiende tanto gasto autonómico en coches oficiales y en televisiones locales y pidió fijar un tope.

La consejera delegada del grupo hotelero Riu, Carmen Riu -la única mujer junto a Petra Mateos del G-37- instó a Zapatero a reformar drásticamente el modelo educativo e imitar sin complejos a los países que puedan servir de referente.

El sector financiero ocupó buena parte del debate. El presidente de la Caixa, Isidro Fainé, reivindicó a las cajas y resaltó que, si su reestructuración no va más rápida, es porque los parlamentos autonómicos no han aprobado aún los nuevos estatutos. Resaltó que el problema inmobiliario afecta por igual a bancos y cajas y advirtió que va a ser necesaria una nueva inyección del Estado a través del llamado Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) para capitalizar bancos y cajas en el duro 2011 que se avecina.

1 comentario:

  1. Ahora, todo son golpes de pecho, pero tanto el gobierno como ellos son culpables de este fiasco. Ya no se acuerdan de las comisiones y de las revalorizaciones, y de los créditos sin miramientos, pues es, menos golpes de pecho y a ponerse las pilas, ellos los primeros.

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