sábado, 28 de agosto de 2010

'Pensamos que los españoles habían matado al resto de policías afganos'


LA ENVIADA DE EL MUNDO RECONSTRUYE LA REBELIÓN EN QALA-E-NOW TRAS EL ATENTADO TALIBÁN

«Tres españoles perseguían al policía [chófer talibán] y lo mataron en medio de la calle», afirma un testigo presencial
«Los soldados lo cogieron de mala manera, como si fuera un perro, y lo llevaron dentro... No es forma de tratar a un muerto»
A los 15 minutos, la gente se concentró convencida de que disparaban contra sus agentes y comenzaron los disturbios

Pregunte a quien se pregunte en Qala-e-Now, todo el mundo coincide en decir que los disturbios del miércoles fueron espontáneos. Fruto, tal vez, de la confusión generada y un cierto malentendido, pero para nada una acción coordinada con el agresor que disparó contra los guardias civiles y el intérprete españoles, tal y como asegura el Gobierno.

Ayer, la capital de la provincia de Badghis amaneció en calma, y con poca gente por las calles -en parte porque era viernes, día de descanso semanal en Afganistán-, pero con muchos policías haciendo guardia. En el bazar, había hasta cinco o seis agentes en cada cruce de calles.

Jamaludin, que el día de los incidentes estaba en el hospital de Qala-e-Now, justo enfrente de la antigua base militar española que los manifestantes intentaron asaltar, relata lo que vio desde allí.Sigue en página 4

Viene de primera página

Zapatero embusteroJamaludin asegura que primero se oyeron muchos tiros dentro de la base y que, después, observó cómo un agente afgano salía corriendo del recinto militar, malherido en una pierna. Era el conductor de la policía afgana que disparó contra los dos guardias civiles y el intérprete españoles y que, tras hacerlo, según parece, intentó escapar de la base.

«Tres soldados españoles salieron detrás de él y le dispararon», continúa explicando Jamaludin, que asegura que el cuerpo del policía quedó abatido en el suelo, en medio de la calle. «Tres blindados españoles salieron de la base y lo rodearon, y después los militares lo cogieron de mala manera, como si fuera un perro, y se lo llevaron de nuevo para dentro», recuerda Jamaludin.

«Ésa no es forma de tratar el cadáver de nadie», apunta un enfermero que no quiere dar su nombre, pero que asegura que él vio lo mismo desde el hospital. «Por eso la gente pedía que les devolvieran el cuerpo», añade. Según él, los españoles deberían haber solucionado la situación de otra manera: «Lo tendrían que haber detenido y no matado».

Todo eso es lo que enfadó a la gente y, también, que nadie sabía exactamente lo que había pasado, más allá de haber visto a los españoles disparando al policía afgano y haber oído tiros dentro del recinto militar. «Cuando vimos eso, pensamos que también habían matado al resto de policías que estaban dentro de la base», asegura el enfermero. «Hasta que no acabaron los disturbios a las cuatro de la tarde, y entonces los policías salieron, no nos creímos que continuaban vivos».

Mohammad Sale, que tiene una farmacia muy cerca de la base, también afirma que a él le dijeron que «habían matado a cinco o seis policías». Él también oyó «muchos disparos» dentro del recinto. «Me han explicado que murieron algunos españoles, pero no lo tengo muy claro», añade. Farid Ahmad, que posee un comercio en la misma zona, también tiene dudas al respecto: «Han dicho por la televisión que también han fallecido españoles, pero no estoy seguro», declara. Y Mortasar Muslim, propietario de otra tienda de comestibles, asegura que él también vio en el suelo el cuerpo del agente afgano abatido, pero no sabe precisar nada sobre las bajas españolas.

Todos los testimonios explican que la gente empezó a concentrarse y a protestar por lo ocurrido al cabo de unos 15 minutos desde que se oyeran los tiros dentro de la base. Después ya todo se fue de las manos. Por el estado en el que ha quedado el perímetro del recinto militar, el altercado debió de ser tremendo. La alambrada de espinos que rodeaba la base está completamente arrancada. Hay torres de vigilancia calcinadas y sacos terreros destrozados. Ayer, decenas de policías afganos custodiaban el recinto, y todas las calles anexas estaban cortadas al tráfico. Desde el exterior se podía ver a algunos militares españoles trabajando dentro.

Los manifestantes se desplazaron después a otras zonas de la localidad e incluso llegaron a la pista de aterrizaje, donde se encuentra la nueva base española y en la que hay destacado un millar de efectivos de nuestro país. Uno de los policías afganos encargados de la seguridad en la pista lleva un brazo en cabestrillo. Los incontrolados le pegaron un golpe con un palo, explica.

Farid tiene 12 años y él recibió un impacto de bala en la mano derecha y no fue cerca de la base militar atacada, ni de la pista de aterrizaje, sino delante del cuartel general de la policía afgana, situado a centenares de metros de ambos lugares. De hecho, asegura, le disparó la propia policía local. No fue el único herido de bala.

En la entrada del hospital de Qala-e-Now hay una lista colgada con el nombre de todos los que necesitaron asistencia médica como consecuencia de los disturbios. En total, 24 personas. El personal del hospital declara que muchos recibieron impactos de bala, e incluso cinco tuvieron que ser trasladados al hospital de la provincia vecina, Herat, a unos 140 kilómetros de distancia, debido a la gravedad de las heridas. «Uno murió por el camino», detallan.

Ayer, en el hospital de Qala-e-Now, sólo quedaba un herido por los disturbios, Gul Ahmad, que dice que se acercó a la base militar atacada en busca de su hijo, el cual no regresó a casa tras salir del colegio. Recibió el impacto de un artefacto explosivo que, según le explicaron algunos testigos, lanzaron desde el interior del recinto militar donde los españoles intentaban protegerse de la turba. Él no sabe si es cierto. Perdió el conocimiento.

1 comentario:

  1. Estamos en un país en guerra, y el gobierno sin reconocerlo mira para otra parte.

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